Andrea Razeto, Icomia y los objetivos globales de la náutica
Vicepresidente de Confindustria Nautica, miembro del comité ejecutivo de Icomia y director general de F.lli Razeto e Casareto -un histórico fabricante italiano de esclusas, asas y otros accesorios para embarcaciones-, Andrea Razeto es uno de esos personajes que representan a la industria náutica a 360 grados, que conocen el sector en todas sus facetas y con los que se podría hablar durante horas. Nacido en Recco en 1967, Andrea Razeto se dedica a administrar Razeto e Casareto, una excelencia italiana fundada en 1920 y hoy apreciada por los astilleros de todo el mundo, así como a ocuparse con competencia y atención de la labor de representación dentro de Confindustria.
De Icomia (Consejo Internacional de Asociaciones de Industrias Marítimas, la asociación que reúne desde 1965 a las principales federaciones marítimas nacionales del mundo con el objetivo de representar una única voz global para la industria marítima), Andrea Razeto fue presidente de 2018 a 2020 y el pasado 3 de junio, en el congreso anual celebrado en Gotemburgo (Suecia), fue reelegido para el comité ejecutivo para el quinquenio 2022-2027. Así que no podía haber mejor oportunidad para charlar con Andrea Razeto en el marco de nuestra columna “Los protagonistas de la industria náutica”.
Andrea Razeto, ¿cómo se consigue la excelencia produciendo objetos cotidianos que a menudo pasan desapercibidos, como las asas de los barcos y las cerraduras?
“En más de cien años de historia de la empresa, nuestro secreto siempre ha sido especializarnos en lo que hacemos. Al producir cerraduras, asas y otros pequeños componentes específicamente para embarcaciones, siempre hemos prestado la máxima atención a la calidad de las materias primas: nuestros artículos no se corroen, no se oxidan, son robustos y resistentes a las vibraciones. Operamos en un nicho pequeño y muy específico, y para nosotros la producción en masa significa limitarnos a unos cientos o miles de piezas como máximo, en comparación con nuestros competidores, que tienen cientos de miles de artículos. De este modo, podemos personalizar mejor nuestros productos y satisfacer las necesidades de nuestros clientes, sin dejar de ofrecer una gama muy amplia de artículos.
Su empresa ha ganado muchos premios gracias a su excelencia en la fabricación. De todas ellas, ¿hay alguna que le haya dado más satisfacción que otras?
“Todos los premios que hemos recibido han sido igual de importantes y me han dado la misma satisfacción, porque han abarcado diferentes áreas y productos. Hemos recibido reconocimientos tanto por los resultados económicos de la empresa (como el de Nomisma, que el año pasado nos incluyó en la lista de “Empresas contra el viento” gracias a nuestra capacidad de rendimiento en el sector manufacturero italiano), como por la calidad de nuestros productos, el diseño y la tecnología: cada premio ha representado un logro y es difícil nombrar uno más que los demás”.
¿En qué novedades está trabajando la empresa y cuáles son sus objetivos futuros?
“En los últimos años, nos hemos centrado mucho en la tecnología, pero siempre permaneciendo en el sector de la cerrajería. En concreto, en abril de 2022, en la Seatrade Cruise Ship de Miami, presentamos un sistema que conecta en red las puertas del barco para que hablen entre sí y se integren con la domótica de a bordo. La Red Ossh tiene el objetivo práctico de hacer que los tiradores de las puertas interactúen con los sistemas de a bordo: con ellos, de hecho, puede señalar de forma luminosa las vías de escape correctas durante un apagón, mostrar con el color de la luz el cierre efectivo de las puertas, alertar al pasajero en caso de inconvenientes desagradables como la presencia de humo, o incluso integrarse con el sistema de extinción de incendios para señalar las mejores vías de escape. En definitiva, se trata de una tecnología que aumenta el nivel de seguridad de las embarcaciones, al tiempo que mantiene un enfoque estético para integrarse con el mobiliario de a bordo. En los próximos años, el sistema se implementará con otras funciones, como informar a la tripulación de quién está dentro o fuera de la cabina durante los planes de evacuación”.
Volviendo a su papel como vicepresidente de Confindustria Náutica, ¿cuáles son los temas del sector que más le preocupan en este momento?
“Confindustria Nautica representa a toda la cadena de suministro náutico, desde las embarcaciones a los accesorios, desde los servicios a los puertos y los amarres, y en estos momentos, junto con nuestro personal técnico, nos dedicamos principalmente a supervisar las dificultades relacionadas con la escasez de materias primas, el aumento de los precios y los retrasos en las entregas. Además, seguimos vigilando las consecuencias que el sector de la náutica está sufriendo por el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como la reforma del código náutico, la entrada en vigor de los nuevos exámenes para la licencia de navegación y la renovación de las concesiones estatales marítimas”.
¿Cuál es la situación actual del mercado italiano?
“El sector náutico va muy bien y ha crecido incluso durante el periodo de covacaciones. Basándonos en el seguimiento realizado por el Centro de Estudios de Confindustria Náutica, que mide el sentimiento de las empresas asociadas, podemos decir que con toda probabilidad el año 2021 para el sector náutico se cerrará con un volumen de negocio muy similar al de 2007-2008, es decir, a los niveles anteriores a la crisis. Esto, además, se producirá con un importante crecimiento de las exportaciones: mientras que en 2007-2008 el mercado nacional representaba alrededor del 50% de los ingresos totales, el porcentaje se sitúa hoy en el 25%. En definitiva, tres cuartas partes de los ingresos totales de la industria náutica proceden de la exportación, y si nos fijamos sólo en la producción de barcos, el valor se eleva al 86% por un valor de unos tres mil millones de euros. De momento son sólo estimaciones, pero somos muy optimistas”.
¿Cómo se posiciona la industria náutica italiana en el contexto internacional?
“Italia desempeña hoy un papel decisivo en la náutica internacional: basta pensar que de los 1050 superyates que se producen cada año en el mundo, aproximadamente la mitad proceden de Italia. Nuestro país es el segundo mercado mundial y nuestras industrias son particularmente conocidas y apreciadas en ciertas especialidades como los accesorios y las costillas; pero en general, la náutica Made in Italy es sinónimo de fiabilidad y calidad para todo el mundo, y esto nos sitúa en una posición central a nivel mundial”.
¿Cuáles son los temas en los que pretende centrarse como miembro del comité ejecutivo de Icomia?
“Además de representar y promover la náutica en todo el mundo, Icomia pretende trabajar por la homogeneización de las legislaciones nacionales, de modo que las embarcaciones producidas en un país puedan comercializarse y utilizarse también en otros estados. También somos muy activos en el tema de los motores y las pinturas sostenibles, en el que ya he trabajado mucho durante mi mandato como presidente. Otro tema en el que pretendo centrar mis esfuerzos es también el de las normas y buenas prácticas de construcción de barcos, para que los astilleros piensen, desde la fase de diseño, en todo el ciclo de vida de una embarcación, incluida la fase de desmantelamiento: así es posible minimizar el impacto en el medio ambiente”.