El 62Steel y el Alloy fueron los dos superyates presentados en el Salón Náutico de Mónaco 2022, donde también se celebró la venta del nuevo buque insignia, el 73Steel.
62Steel y Alloy, la habitabilidad es lo primero
Éxito de los astilleros Sanlorenzo, admirados en el último Monaco Yacht Show.
La empresa de Liguria también celebró la venta del nuevo buque insignia, el 73m de la línea 73Steel, finalizada a través de la casa de corretaje Fraser, y cuya entrega al cliente, ya propietario de Sanlorenzo, está prevista para 2026.
Los dos superyates 62Steel y Alloy han sido los protagonistas entre los muelles monegascos, gracias a su artesanía y atención a los detalles, la investigación innovadora, el estilo y la tecnología, que permiten una vida a bordo llena de comodidades.
62Steel, una verdadera experiencia en superyates
Cinco cubiertas en 62 metros para un tonelaje bruto de 1.350 toneladas. El Sanlorenzo 62Steel es un impresionante superyate que el astillero Ameglia presentó en Mónaco hace un año.
Lo que más llamó la atención de los visitantes fue, sin duda, la suite del propietario, situada en la cubierta superior, con una impresionante vista panorámica y una exclusiva zona de proa al aire libre: en la práctica, toda una cubierta de más de 140 metros cuadrados.
Pero si el propietario puede disponer de toda la intimidad que desee, el 62Steel también es acogedor, con la zona de la cubierta principal dividida entre salón y comedor y abierta a la gran piscina con fondo transparente que se convierte en zona para tomar el sol cuando es necesario.
Se han vendido cuatro unidades de este gigante metálico, una de las cuales se entregará a principios de 2023, mientras que el diseño de una de ellas alcanza los 64 metros de longitud, por lo que pasará a llamarse 64Steel.
Alloy, un nuevo concepto de vida
Junto con el 62 metros, en el Salón de Mónaco también estaba el Sanlorenzo Alloy, ganador del World Superyacht Awards 2022.
Es un modelo fast-displacement de 44,5 metros de eslora, construido íntegramente en aluminio, como su nombre indica.
Se caracteriza por una distribución de espacios pensada para mejorar la habitabilidad, tanto en el interior como en el exterior: por ejemplo, la cabina principal está concebida como un piso privado de 147 metros cuadrados y organizada en tres niveles interconectados, con una zona interior y otra exterior.
La colaboración entre el equipo de Sanlorenzo y Bernardo Zuccon, que se encargó del diseño exterior, permitió concebir, diseñar y construir un yate de tres cubiertas que mantiene unas líneas esenciales y elegantes al tiempo que ofrece soluciones de megayate gracias a sus grandes volúmenes.
73Steel, lo máximo en confort y tecnología
El Salón Náutico de Mónaco fue el escenario perfecto para anunciar la firma del contrato de construcción del 73Steel, el nuevo buque insignia de la flota. Está previsto que se entregue a su cliente, el fiel propietario Sanlorenzo, en 2026.
Con este último contrato, Sanlorenzo confirma su liderazgo en el sector del metal: el 73Stee es el mayor superyate jamás construido por el astillero y es el noveno modelo de metal que se venderá durante 2022, mientras que hay 23 superyates de entre 44 y 73 metros en construcción.
Todavía no hay un diseño definitivo del buque, pero Salorenzo prevé una propulsión híbrida diésel-eléctrica para minimizar las emisiones, un diseño refinado encomendado al estudio Zuccon International Project, que une interiores y exteriores, con un alto nivel tecnológico y un equilibrio perfecto entre forma y función.
“El diseño del nuevo 73Steel representa un nuevo y fascinante capítulo en la historia del astillero, no sólo por sus dimensiones, que son actualmente las mayores jamás construidas, sino también porque es testimonio de cómo, nunca antes como hoy, la empresa cree firmemente en la evolución e importancia de un mercado complejo como el de los superyates”, afirma Bernardo Zuccon, Studio Zuccon International Project.
“Como diseñadores, no podemos sino estar orgullosos de participar una vez más en esta nueva aventura, basándonos en el desarrollo de un diseño que, a pesar de los grandes volúmenes disponibles, es capaz de transmitir un principio de dinamismo extremo, deportividad y contemporaneidad. Y es precisamente este sutil diálogo entre la búsqueda de una fuerte actualidad estilística y una constante inspiración en rasgos estilísticos ya consolidados en el ADN de la marca, la clave interpretativa perfecta de este proyecto.
Cada signo ha sido moldeado para enfatizar la tensión y la plasticidad de las formas, que parecen estar en constante movimiento, sin pausa, modificándose y adaptándose con el objetivo de crear el diálogo perfecto entre los espacios interiores y exteriores; un ritmo dinámico e incesante que apunta a una evolución formal capaz de reconstruir cada vez y en cada detalle ese lenguaje fuertemente identitario que siempre ha caracterizado a los productos de Sanlorenzo”.